El pasado 24 de octubre se celebró en el salón de actos de la Unidad de Oftalmología Médica de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica (FISABIO) de la Comunidad Valenciana una jornada sobre Orbitopatía tiroidea que reunió un gran número de oftalmólogos y endocrinos.

Dicha jornada FISABIO contó con la participación de una veintena de ponentes, tanto nacionales como internacionales, como por ejemplo el Grupo Europeo de Orbitopatía de Graves (EUGOGO), y las ponencias han tratado las controversias en Oftalmopatía tiroidea, las manifestaciones clínicas, así como el manejo médico y quirúrgico de la enfermedad.

Esta patología poco conocida en la sociedad en realidad aparece en más de la mitad de los pacientes que sufren la enfermedad de Graves. Siendo dicha enfermedad la forma más frecuente de hipertiroidismo.

Cuando un paciente presenta esta enfermedad, además sufrir un aumento en el tamaño de la glándula tiroides, puede experimentar una retracción del párpado superior junto con una proptosis unilateral o bilateral, es decir, uno o ambos globos oculares sobresalen de las órbitas dando lugar a unos ojos saltones.

Esta manifestación ocular la denominamos Orbitopatía Tiroidea. Como es evidente afecta a la estética del paciente adoptando una mirada de espanto, lo cual sin duda puede afectar a su autoestima y además pone en riesgo su salud ocular. Si no recibe tratamiento puede comenzar a sufrir lagrimeo, molestias e irritaciones que con el paso del tiempo se irían agravando.

La enfermedad de Graves suele aparecer cuando el paciente tiene entre 30 y 50 años. Tiene una incidencia mayor en mujeres que en hombres, concretamente la prevalencia es de 10 a 20 mujeres por cada 50.000 a 100.000 personas al año, en cambio en varones es de 3 o 4 por cada 50.000 a 100.000 personas anualmente.

Si bien la enfermedad de Graves no es muy frecuente, dada la complejidad de la enfermedad su tratamiento requiere de un abordaje y manejo donde implicamos varias disciplinas médicas: oftalmólogos, endocrinos y otorrinos.

Lo ideal en este tipo de casos es recurrir a especialistas experimentados en esta patología como el Doctor Martínez Gutiérrez, cuya formación en la especialidad de Oftalmología culminó con una tesis doctoral sobre la enfermedad de Graves-Basedow calificada con sobresaliente cum laude.

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